Mamá… Cuánto significa esa palabra tan corta… Mamá…
Cuando eres mamá, ves todo diferente, te das cuenta de que te ha cambiado la vida ENTERA. Poco a poco, día tras día, te conviertes en la mejor versión de ti misma.
Te transformas en una leona que amamanta y protege a su cría, que quiere con locura a esa cosita tan pequeñita que ha salido de su vientre para venir a darle la mayor lección de madurez que nadie podía dar.
Ser mamá implica invertir tu tiempo y pensamientos en el bienestar de tus hijos. Dar cariño infinito y sacar fuerzas de donde apenas quedan (porque las noches de sueño roto no consiguen reponerlas) para cantar, abrazar, contar cuentos y jugar.
Tendrás una nueva amiga, la culpa. Esa va a ser tu nueva compañera de la que te quieres librar en muchas ocasiones.
Te conviertes en una mujer valiente, constante, tenaz y generosa, donde la paciencia se extiende hasta límites insospechados.
Eres la mayor experta en pañales, llantos, alimentación, buenos hábitos y valores para poder educar de la mejor manera.
En definitiva, haces el esfuerzo más grande por ser la mejor madre del universo.
Y ahora que soy mamá, me faltan palabras de agradecimiento por todo ese trabajo “invisible” que mi madre hizo conmigo y, a día de hoy, sigue haciendo.
Gracias por tu paciencia, cariño, apoyo, empatía y amor infinito. Mamá, gracias por todo eso y mucho más. Te quiero.