Posparto o puerperio

¿Sabré cuidar al bebé? ¿Qué tengo que hacer y cómo? ¿Por qué no tengo tiempo para nada? ¿Por qué tengo ganas de reír y llorar a la par? ¿Cómo dar el pecho? ¿Qué cuidados tengo que tener? … Todo esto es lo que podréis encontrar en este artículo, explicado desde mi experiencia. Bienvenidos.

He dado a luz, tengo un bebé precioso. Dos días de visitas de gente querida al hospital, de risas y de momentos muy amenos, agradables y, sobre todo, muy felices. Al tercer día, me dan el alta y también le dan el alta a terremotillo. ¡Nos vamos a casa!

Aquí empieza nuestra nueva vida. En el momento que nos metemos en el coche, me entra una sensación de felicidad tremenda pero también de miedo, me emociono por la combinación de sensaciones y me saltan las lágrimas. Siento miedo a no saber qué tengo que hacer o cómo hacer ciertas cosas, el miedo que toda madre primeriza tiene porque no sabes lo que pasará ahora.

Amore y yo tenemos instrucciones de cómo cuidarme los puntos, cómo asearme, cómo lavar a terremotillo, cómo curarle el cordón umbilical, que le dé la claridad a través de la ventana… y poco más. Vale, tengo instrucciones físicas, pero ¿qué pasa con las recomendaciones psiológicas? Ninguna indicación de cómo atender a mis emociones básicas, de no sentirme una loca en el cóctel emocional que se me viene encima y del que nadie me ha avisado.

La fase de posparto o puerperio es una etapa difícil que requiere un tiempo de adaptación. El cuerpo de las recién mamás sufre una transformación física para recuperarse, además de una serie de cambios hormonales, y el cansancio nos invade debido a la falta de sueño y al cambio radical de vida con un bebé recién nacido totalmente dependiente. Con tantos cambios a nivel físico, hormonales y psicológicos, no hay duda de que es una etapa complicada que hay que digerir.

Durante este periodo, yo experimenté todos estos cambios y emociones, que espero que os puedan ayudar a vosotras también:

Instinto maternal

Desde que das a luz, tienes un instinto maternal, una vocecita en tu cabeza que te hace sentir lo que está bien y lo que está mal, lo que debes o no hacer. Aunque seas madre primeriza y no creas saber nada, aunque te dé miedo qué pensarán los demás… ¡hazlo! Tu instinto maternal es mucho más poderoso de lo que crees y debes hacerle caso. Todos nos equivocamos, así que permítete equivocarte haciendo lo que crees que tienes que hacer, antes que hacer algo que sientes que no es lo correcto solo porque te lo están recomendando.

No tengo tiempo para nadaLlevo toda la mañana para ducharme y aún no he podido

Se debe al gran cambio que experimentas al tener un bebé totalmente dependiente. Lo primero que hay que hacer es asumir e interiorizar que tenemos que estar disponibles 100% para nuestro bebé recién nacido. Parece obvio, pero hay que vivir el día a día con el bebé recién nacido para darte cuenta que esto que acabo de decirte es un gran consejo.

Olvídate de los horarios y de las planificaciones. Todos se deben adaptar, lo único que importa ahora es tu bebé y tú. Duerme cuando lo haga el bebé, sea de día o de noche, hayas lavado los platos o no… No existe la superwoman o supermamá en estos días, descansa lo que puedas, bebe mucha agua y aliméntate de manera sana. Intenta salir a pasear con tu bebé en cuanto te sientas bien y hacer un poquito de deporte light (Kegel, hipopresivos…) en cuanto te sientas preparada.

PIDE AYUDA para las tareas de casa y para lo que TÚ, recién mamá, no seas imprescindible. Yo esperé varios días a pedir ayuda, ya cuando no podía más; no lleguéis al límite. Cuando cogí el teléfono para llamar a mi madre y pedirle ayuda con las tareas de la casa me dijo que llevaba días esperando la llamada. Y esta pequeña ayuda para ella, para mí fue todo un mundo.

Cambios de humor

La nueva situación, el cansancio de estar cada 2-3 horas despierta, la lactancia (en el caso que la practiques) y el combo hormonal, hacen que los primeros días podamos sentirnos algo desequilibradas mentalmente. Podemos tener llanto fácil sin motivo aparente y, después, muchas ganas de reír.

Recuerdo que estábamos comiendo amore y yo y me pasé 20 minutos llorando mientras comía, sin saber por qué, sin poder explicarle, simplemente “esta situación me venía grande, estaba abrumada y agobiada” y no entendía por qué, puesto que quería ser mamá y debería estar feliz y encantada, pero esa no era la realidad, no lo estaba.

Llora, ríe, permítete liberarte ya que esto es pasajero. Rodéate de gente que te quiera y, sobre todo, PIDE AYUDA a los familiares y amigos más íntimos. No seas dura contigo misma ni te juzgues. Únete a un grupo de crianza, ver que no eres la única ayuda muchísimo.

Llanto del bebé

Hay diferentes llantos en tu bebé y hay que aprender a interpretar si lloran por hambre, por dolor, por sueño… Con paciencia y tiempo, aprendemos a diferenciar el motivo del llanto, tenéis que confiar en vuestra capacidad.

Para esto, os recomiendo que os leáis un libro que para mí fue imprescindible “Guía práctica para tener bebés tranquilos y felices”, de Tracy Hogg y Melinda Blau. Este libro me enseñó muchas cosas. Os recomiendo que lo leáis embarazadas y luego recurráis a él para releer el capítulo concreto que necesitéis en el momento.

Lactancia, dolor de pechos, agarre

La lactancia es muy bonita, otro regalo maravilloso que tenemos las mujeres; pero hay que reconocer que es muy dura. No quiero extenderme demasiado con este tema porque es todo un mundo, tan sólo unos apuntes.

En el mismo hospital, cuando acabas de dar a luz, ante la mínima duda pide que te vea una especialista en lactancia materna para que te ayude con la postura del bebé (cuanto más esperes, peor estará tu pezón y tu estado de ánimo). En mi caso, terremotillo y yo nos acoplamos perfectamente para comer del pecho izquierdo, pero no del derecho. En el mismo hospital me ayudaron un poco (aunque no había ninguna especialista en lactancia y tuve que esperar a mi alta para ver a mi matrona, que sí lo era).

Al inicio, tendrás los pechos doloridos e, incluso, agrietados. Y, si le cuesta cogerse bien, te agravará las grietas cada vez más. Mi matrona me dijo que en el momento que me doliera el pezón solicitara en el hospital lanolina pura (toatalmente natural y se puede lactar sin problema). Así lo hice y desde el primer día me la puse y me ayudó muchísimo ya que las grietas se curaron muy rápido y no fueron a más.

Además, también hay grupos de lactancia que harán más llevaderas tus horas al pecho. Yo formaba parte de un grupo de whatsapp y recuerdo aquellas “noches de whatsapp y teta” con mucho cariño, fue muy importante.

 

En definitiva, el posparto o puerperio es, para mí, la etapa más dura y de la que menos me informaron. Espero haberos ayudado con mi experiencia. Si tenéis alguna duda, estoy disponible en el chat o en el formulario de contacto. Podéis comentarme aquí abajo vuestra experiencia.

¡Ánimo mamis!

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